La Revolución Digital en el Arte: Laurie Anderson dialoga con Lou Reed gracias a la IA
El progreso tecnológico se mueve a un ritmo vertiginoso, a menudo bordeando las líneas entre la realidad y la ficción, tal como nos ha mostrado Black Mirror. Un ejemplo palpable es la tecnología del duelo o la denominada ‘nigromancia digital’, que permite perpetuar la memoria de seres queridos. Entre las aplicaciones destacadas se encuentra HearAfter, que preserva recuerdos vitales para futuras interacciones virtuales.
En este contexto, Laurie Anderson, una reconocida figura del arte y la música, ha encontrado en la inteligencia artificial una forma de mantener la presencia de Lou Reed, su difunto esposo. A diferencia de la ficción de Black Mirror o de los hologramas que inundan el panorama pop, Anderson ha optado por una aproximación más íntima y reflexiva.
Interacciones únicas en el umbral digital
En su exposición I’ll Be Your Mirror, que lleva el nombre de una canción de The Velvet Underground coescrita con Reed, Anderson explora el uso de la inteligencia artificial como medio de reflexión. La muestra permitió a los visitantes interactuar con las versiones IA de ambos artistas, generando conversaciones y música que emulan sus voces y pensamientos.
Desde su estreno en Estocolmo hasta su actual exhibición en Australia, la exposición ha sorprendido y generado diálogos sobre el potencial creativo y emocional de la IA. La propia Anderson ha compartido cómo este proyecto le ha permitido dialogar y componer con la versión digital de Reed, lo que la ha llevado a una «adicción» confesa por esta interacción tecnológica.
El Futuro de la creatividad acompañado por la IA
Mientras el debate sobre la ética y los límites de la inteligencia artificial en la creatividad continúa, Laurie Anderson abraza esta tecnología como una extensión del legado artístico. A pesar de las críticas y preocupaciones, como la carta abierta firmada por artistas contra el entrenamiento de IA para imitar obras, Anderson ve en la IA una forma de mantener viva la esencia de las contribuciones artísticas.
La artista reconoce que, aunque una gran parte de los resultados generados por la IA pueden ser absurdos, existe un porcentaje que captura la esencia de la creatividad humana, abriendo un nuevo capítulo en la intersección del arte y la tecnología. La posibilidad de que la IA continúe el trabajo de un artista tras su muerte plantea preguntas fascinantes sobre el futuro de la creatividad y la memoria.